Noelia Hermida

Madrid visto por Noelia Hermida

Madrid visto por Noelia Hermida

firmado por NOELIA HERMIDA – periodista LIFESTYLE & FASHION – REVISTA ELLE

¡Ay Madrid, Madrid! ¡Qué fácil es quererte y qué difícil es resumir por qué se te quiere! Pero, voy a intentarlo. Me presento. Soy Noelia Hermida, periodista de moda y “lifestyle” en la revista Elle desde hace casi 10 años.

Nací en A Coruña, una tierra meiga a orillas del Atlántico, pintada de azul y blanco, que siempre será hogar. Pero cada vez que piso Málaga, la ciudad natal de mi padre, siento una energía que me hace sentir en casa. Entonces, ¿norte o sur? Ambos. Y ninguno. Porque si tengo que elegir el lugar que es casa, que es hogar, desde hace casi 20 años, ese es Madrid. Y como le pasó a Sabina, aunque aquí el mar no se puede concebir, la magia de Madrid ha hecho que lo olvide y que me siga enamorando cada día más y más de ella.

pRIMEROS AÑOS 

En 2006, llegué aquí como casi todos, para empezar a trazar el camino hacia un sueño. En mi caso, hacia una profesión: el periodismo. Y, además de conseguir dedicarme a la labor más bonita del mundo, Madrid me ha dado muchos de los momentos y personas más importantes de mi vida. Los años de Universidad y las largas noches en el Costello -cuando era punto de reunión de los nombres propios del pop y el rock español-, el Elástico, la Sala Sol, el Ochoymedio, y la Sala Taboo; y los largos días por las terrazas de los hindús de Lavapiés o por las calles de La Latina, con dos imprescindibles: un mojito del bar cubano Santa Ana y una tosta del Capricho Extremeño.

Mi primer trabajo como periodista fue en la redacción de una televisión nacional. Primero justicia, luego política, y, por fin, sociedad y cultura. Los conciertos, las exposiciones, los teatros, los desfiles, las alfombras rojas y los eventos se convirtieron en los protagonistas de mi día a día. Y confirmé que ese ambiente tan vivo, tan inspirador, esa creación constante y tan diversa, era el lugar en el que quería quedarme. Había encontrado mi sitio.

MODA Y CULTURA EN MADRID

La cultura y, especialmente la moda, se convirtieron desde ese momento en mi modo y mi medio de vida. Tras pasar por las redacciones de dos diarios, y la corresponsalía de un canal internacional, firmé mi primer artículo en ELLE y empezó un camino laboral que soñaba desde niña. Y, sí, mi sueño tenía sentido porque mi trabajo me hace inmensamente feliz. Y, además, me permite disfrutar de oportunidades únicas que me hacen redescubrir Madrid cada día. Una cena exclusiva en el Jardín Botánico a la luz de las velas amenizada por un cuarteto de cuerda, un desfile inolvidable en el Parque del Capricho, saludar a Hubert de Givenchy -fallecido en 2018- en la inauguración de su exposición en el Museo Thyssen-Bornemisza, emocionarme en un concierto íntimo de Leiva en un bar de Malasaña o saltar hasta la madrugada con los Rolling Stones, Rosalía, Metallica, Vetusta Morla, Bon Jovi, Dua Lipa, Muse, Xoel López, Franz Ferdinand, Green Day, Neil Young, Kings of Leon, Pearl Jam… y una infinidad de artistas que he tenido y tengo la suerte de ver en directo. Y este 2023 tenemos nuevo festival en la ciudad: el Primavera Sound. ¿Sigues sin creer que Madrid es LA ciudad de moda?

PLANES FAVORITOS EN MADRID: la latina & salesas

Pues si todavía no te he convencido, te voy a dar más razones. Porque todos los planes que se te ocurran, tienen cabida en Madrid. Y, si tengo que elegir dónde vivirlos, yo me quedo con dos barrios: La Latina y Salesas. El primero, por su ambiente cercano y castizo que conquista a todo el que lo pisa. El segundo, por ese aire “cool” que convierte a Madrid en una parada obligada.

Empezamos el primer paseo por las calles serpenteantes e históricas de La Latina. Mas allá de sus famosas Cava Alta y Cava Baja, y los imprescindibles y megaconocidos huevos de Casa Lucio, este barrio esconde tiendas, bares y restaurantes en los que te querrás quedar a vivir.

Empieza desayunando en Slow Coffe Shop (Mediodía Grande, 20), con su café de especialidad y sus deliciosas tostas y bizcochos. Encuentra los objetos más bonitos en Cocol (Costanilla de San Andrés, 18), las mejores vajillas en La Oficial (Santa Ana, 6), y las mejores antigüedades en La Recova (Ribera de Curtidores, 10). Prueba el vermút del Barmitón (Cava Alta, 13), antes de saborear los deliciosos platos de su hermano mayor, el Marmitón (Aguas, 6). Un bistró que crea delicias como el tartar de bogavante y ají amarillo, croquetas de maíz y jalapeños, tortellinis de boniato y cabrales o su “lemon pie”.

Coge un café para llevar en Pastora (Carrera de San Francisco, 12) o llévate uno de sus vinos naturales. Pasa la tarde en la plaza de la Paja -con una tarta y un mojito del Delic (Costanilla de San Andres, 14), mucho mejor-, en la plaza de los Carros o en la plaza de Cascorro. O en la terraza de la Cervecería Ribadeza (Gran Vía de San Francisco, 9), un oasis que no mucha gente conoce y en el que te sentirás como en casa desde el minuto 1. Paséate por la Daileda de San Francisco, por el parque de Las Vistillas y haz una parada en Fun Fun (Don Pedro, 20) para picar algo informal y tomar una copa de vino natural en un ambiente de lo más “kitsch”. ¿Quieres seguir la ruta de vinos o cañas y raciones? Tres obligatorios: La Gildería (Calatrava, 17), Casa Gerardo Almacén de Vinos (Calatrava, 21) y Taberna La Patosa (Humilladero, 3).

Si tu opción es Salesas, empieza el día haciendo deporte, porque aquí están los mejores sitios para hacerlo. Si eres de bici pero buscas algo revolucionario, Síclo (Fernando VI, 23) te enganchará para siempre. Si lo tuyo son los sistemas de entrenamiento “total body” que combinan varias disciplinas para encontrar el equilibrio y el bienestar de cuerpo y mente, KO Urban Detox (Belén, 15) es tu sitio. Para reponer fuerzas, mis favoritos son En Bruto (San Lucas, 13), Faraday (San Lucas, 9) y Casa Neutrale (Regueros, 13). Nada como un buen café de especialidad, una tostada de pan de masa madre o un roll de canela para empezar el día con buen pie. ¿Te apetece ir de compras? En Mint&Rose (Argensola, 15) te enamorarás de sus bolsos y su calzado; pide cita en Bleis Madrid (Tamayo y Baus, 7) para probarte alguno de sus increíbles trajes; encontrarás las mejores camisetas y complementos en Unfeigned (Fernando VI,17); los mejores looks deportivos en Lamarca Well (Fernando VI, 10); y las camisas y sudaderas más divertidas en Anclademar (Barquillo, 39).

Acércate a oler los perfumes, velas y cremas de Le Labo (Fernando VI, 2), te querrás llevar todos. No te pierdas los complementos de inspiración rockera de Mercules en su Club House (Barquillo, 49), los productos de belleza “plant-based” de Rowse (Almirante, 5), los mejores libros de coleccionista en Taschen (Barquillo, 30), y todo lo que necesites para convertirte en el mejor fotógrafo en La Peliculera (Argensola, 2). ¿Un vino? Déjate aconsejar por el equipo de la vinoteca Gota (Prim, 5) mientras escuchas su maravillosa selección de vinilos. ¿Tienes hambre? En la calle Conde de Xiquena tienes tres opciones para chuparte los dedos.

En el número 2, Pacífico, con una de las mejores “smash burger” de la ciudad. Al lado, Llama Inn, uno de los “place to be” del momento del que no te puedes ir sin probar su ceviche de pulpo y calamar, su presa con “udón” o su lomo saltado con crepes, y uno de sus exquisitos cócteles. En el número 4, Charrúa. Uno de los restaurantes más especiales de Madrid, en el que el fuego, la madera y la luz de las velas crean un ambiente mágico para saborear los mejores cortes de carne y verduras de temporada a la parrilla maridados con una selección de vinos de primera. Si te gusta el sushi, Nomo Braganza es tu sitio (Bárbara de Braganza, 8). Si eres más de tortilla de patata, la mejor del barrio está en La Martinuca (Baquillo, 11).

¡GRACIAS MADRID!

Las opciones en Madrid son casi infinitas. Y eso me encanta. Hay un plan para cada persona y para cada momento concreto. Porque Madrid es una ciudad diversa y viva, incluso frenética para muchos. Esta si es la ciudad que duerme muy poco. Pero también es la ciudad que acoge como ninguna y en la que muchos caminos cobran sentido. O por lo menos así ha sido con el mío. ¡Gracias por tanto, Madrid!