Macarena Escrivá

Madrid visto por Macarena Escrivá

Madrid visto por Noelia Hermida

firmado por macarena escrivá – periodista especializada en gastronomía & viajes

Dejando el Mediterráneo que me vio nacer a mi espalda, me dispongo a escribir estas líneas para contaros por qué amo Madrid y cómo he acabado aquí. Soy Macarena Escrivá, periodista de viajes y gastronomía para diferentes medios especializados. También soy fotógrafa y food stylist para restaurantes y marcas gourmet. Hace ya doce años que me fui y no miré atrás. ¿Quién me iba a decir a mí que iba a terminar en una ciudad como esta?

madrid siempre estuvo ahí

Nací y crecí en Valencia. Fui allí a la universidad y estudié también un master y cursos de fotografía. Pero llegó ese momento en el que, para alguien con ganas de volar, la ciudad se quedaba pequeña. Podía haber elegido el extranjero, pero decidí poner las miras en la capital española.

Madrid siempre había estado ahí. Parte de mi familia vivía aquí y siempre que podía, me escapaba. Con amigas a descubrir la ciudad, para salir de fiesta, pero también para perderme por el Retiro o entre las salas del Museo del Prado. Y de compras, sí, en aquellos años en Valencia no había ni la mitad de tiendas que había en Madrid. Recuerdo hasta la primera vez que cogí el ave y cual pardilla iba haciendo fotos de la velocidad que alcanzaba. Eran otros tiempos, ahora nos subimos al tren y nos sumergimos en el portátil, un libro o nuestra música.

Así que un septiembre de 2011 hice las maletas y me vine. No sin escollos, encontrar la casa perfecta donde vivir no fue tarea fácil. Empecé a trabajar en la revista HSM, especializada en ocio, planes y gastronomía en la ciudad. Y fue durante este tiempo, en el que escribía la sección de cultura y acompañaba al redactor principal a todos y cada uno de los sitios que sacábamos como fotógrafa, cuando me enamoré perdidamente de esta ciudad. De sus historias, de su gente, de sus mil y un rincones y cómo no, de su gastronomía. Ah y también de mi chico, un madrileño que hoy es mi marido y todo un cocinillas.

De pequeña no comía y ahora me dedico a la gastronomía. Qué paradojas tiene la vida, ¿eh? Con mi trabajo descubrí cientos de restaurantes, los platos y las costumbres madrileñas. Me hice amiga de muchos de los chefs más reconocidos de la ciudad. Me recorrí la capital en busca de las mejores tortillas, callos o croquetas, pero también para descubrir todo lo nuevo que acontecía. Pasé un tiempo más en la revista, esta vez dirigiéndola, pero al tiempo tuvimos que cerrar por la crisis económica. Me reconvertí en freelance y empecé a firmar en medios como Traveler, El Español, Hola Viajes, Tendencias o más recientemente Elle Gourmet, Esquire, Forbes o La Razón. A la vez, hago fotos para restaurantes de la ciudad y productos gourmet y llevo las redes sociales de algún que otro espacio. ¿Mujer orquesta? Y muy feliz.

MADRID en clave gastro: mis sitios favoritos 

Cuando alguien me hace la pregunta de, ¿me dices dónde comer bien en Madrid? Yo le asalto con una retahíla de cuestiones para afinar todo lo que pueda. ¿Dónde lo quieres? ¿Tipo de cocina? ¿Precio? Etc. Así que resumir esto en unas pocas palabras, es ardua tarea, porque Madrid no te la acabas nunca. Cuando parece que la tienes más o menos controlada, surge una oleada de aperturas que viene a desbancar a otros tantos sitios.

Y que conste que también paseo, voy a exposiciones y hago diferentes planes. Pero vamos a hablar de comida. Madrid me conquistó por muchas cosas, pero principalmente, lo hizo por el estómago. Y existen ciertos sitios en los que yo soy sumamente feliz. Como cuando me paso por la barra de La Catapa, en el Retiro, y pido sus croquetas de trufa de formato cuadrado, que en mi opinión, son de las mejores de toda la ciudad. O cuando, en el momento en que llega el buen tiempo, reservo una noche en la terraza de Sacha, esa Botillería y Fogón que ha acuñado platos tan copiados como la tortilla vaga. También cuando me paso a desayunar por sitios como La Maruca, en los que puedes empezar el día con el mejor pincho de tortilla de Madrid. Y si como allí, no perdono una ración de su famosa tarta de queso.

Adoro también el trabajazo que hace sobre el producto del mar Rafa Zafra, chef al frente de Estimar, donde intento ir por lo menos una vez al año. No hay plato como el maremoto, una genialidad elaborada con tartar de gamba, caviar y erizo de mar. Ah y mi italiano favorito está en Chueca. Se llama Gioia y es el espacio del piamontés Davide Bonato. La suya es cocina italiana con un punto creativo que demuestra en los platos de su menú Otsukaresama. Pero también te encontrarás la mejor pasta de Madrid, sus tallarines caseros con yema de huevo, queso cacio nerone y trufa fresca.

Si tuviese que elegir otra cocina favorita, además de la española, esas serían la japonesa y la mexicana. Y tengo la suerte de que Madrid tiene grandes opciones para disfrutarlas. De la primera me apasionan espacios como Sushi Bar Hannah, un japo del que pocos hablan y es de los que más nivel tiene, el sushi diferente que hacen en Umiko y opciones más asequibles como Miki, un japonés de barrio que cuida al máximo el producto. De la segunda, estoy enamorada de una novedad, Ticuí, la nueva apuesta del grupo Puntarena con un comal para preparar tortillas en medio de la sala y una carta de platillos difícil de olvidar. Pero también disfruto de lo lindo con cualquiera de las creaciones de Roberto Ruiz en Barracuda MX o comiendo tacos a pocos más de un euro en Taquería Mi Ciudad.

Y por supuesto, tengo que hablaros de mi favorito entre favoritos, que no es otro que Dabiz Muñoz. Le conocí hace ya la friolera de más de diez años. Hicimos un reportaje en la revista en el que fue portada y justo ese año recibió su tercera estrella Michelin. Y desde entonces, he ido a DiverXO cada año y a conocer todos sus nuevos conceptos, ya fuese el lanzamiento de un perrito caliente o un restaurante en el que investiga sobre el mundo del dumpling y la pasta. Creo que no hay un talento sobre la faz de la tierra que se asemeje al de David. Y lo bueno, es que tiene conceptos adaptados a todo tipo de bolsillo. He de confesar que el postre de mi vida, lo tomé en RavioXO, otro de sus espacios. Si vas, no dejes de pedir ese bizcocho fluido de chocolate blanco y yemas de huevo. ¿Y en cuanto a bebidas? Mi nueva obsesión son los vinos de baja intervención o naturales. Y siempre que me apetece algo en esta línea, intento ir a sitios como Gota, Fun Fun o La Caníbal.

Viendo todo esto y todo lo que se queda en el tintero, ¿cómo no va a ser Madrid la ciudad a la que todos queremos venir? Madrid está de moda y es Capital de Moda. ¿Qué más se puede pedir?