Paula Peña

Madrid visto Paula Peña

Madrid Visto por Paula Pena

firmado por Paula Peña – periodista en mujer hoy

Mi trabajo como redactora de moda en Mujerhoy me ha permitido descubrir firmas, personas y lugares maravillosos, pero siempre elegiría Madrid. Nací en Villaverde en 1997 y empecé en el periodismo gracias a Vanity Fair. Disfruté de la primera Semana de la Moda madrileña cuando aún era becaria, gracias a los compañeros de profesión y amigos que la hacen maravillosa. Ahora no me pierdo una, aunque sea agotador. 

Aunque no lo parezca, Madrid es mucho más que el centro de Madrid. Son sus barrios y su gente –el orgullo de barrio siempre lo llevo por bandera– y toda la magia que surge más allá de la M30. Por culpa o suerte de las competiciones de gimnasia rítmica –mi otra pasión a parte del periodismo– he recorrido toda la comunidad y sé que hay miles de rincones que merece la pena conocer.

recuerdos en madrid

Mis primeros recuerdos en la capital son junto a mis padres. Cuando mi hermana aún era un bebé, solíamos ir al Retiro a dar paseos o a montar en bici y cada domingo en el Rastro era una excursión de lo más emocionante. Recuerdo la ilusión de comprar caramelos de La Violeta con mis primas y después pasar la tarde juntas. Las Navidades con parada obligatoria en Cortylandia, el chocolate con churros en San Ginés –aunque prefiero la Chocolatería 1902– y los belenes de la Plaza Mayor, cómo no.

Algo más alejados de los clichés, recuerdo con cariño los días de excursión escolar al centro de Madrid, para ver una obra de teatro, una exposición o la Biblioteca Nacional. De mi adolescencia nunca olvidaré los felices veranos patinando por Madrid Río con mis amigas de toda la vida. Pero el plan más divertido de todos era ir a la sierra, sobre todo si hacía suficiente frío y ya había nevado en Navacerrada.

actualidad en la ciudad

Cuando empecé a estudiar periodismo, lo único que tenía claro era que quería escribir. La moda llegó después, pero lo hizo para quedarse. Si trabajas en periodismo de moda, Madrid es la ciudad en la que estar. No es que no sueñe de vez en cuando con mudarme a París o a Milán y empezar una nueva vida, pero si me fijo bien en mi alrededor, me doy cuenta de todo lo bueno que tiene Madrid, sobre todo mi gente. Me dan ganas de no irme nunca.

La MBFWM es uno de esos eventos tan frenéticos como agotadores que, sin embargo, siempre disfruto como la primera vez. Las azoteas abarrotadas de gente, los atardeceres viendo el cielo de la capital y las fiestas en las que se reúne toda la esfera de la moda madrileña son cosas que no cambiaría por nada.

favoritos de la ciudad

Es muy difícil elegir favoritos en Madrid, porque es una ciudad cambiante que siempre tiene sitios nuevos que se abren y otros que cierran. 

Las mejores pizzas que he probado en Madrid son de un local que cerró un año después de la pandemia. Aún sigo acordándome de ellas, sabían a Italia de verdad. En mi obsesión por la comida italiana, sigo en busca del restaurante perfecto. Por ahora, Fratelli Figurato no sé si lo es, pero se le acerca mucho. Tengo pendiente probar A vÁnvera: me han dicho que tiene la mejor carbonara de la capital y Café Barbieri se ha convertido en el cuartel general para las quedadas con los amigos del gremio.

Un plan mucho más castizo y que mi amiga y compañera de profesión María Palma (¡Hola!) y yo hemos convertido en tradición es desayunar en Cristina Oria. Está todo buenísimo y nos podemos tirar hablando hasta la hora de la comida. Aunque en realidad esto último nos da igual dónde hacerlo. Mi brunch favorito (The Toast Taproom) está en Malasaña, ese barrio en el que también encontrarás el mejor ambiente de fiesta.

Para la fiesta, sin lugar a dudas, lo mejor es perderse. Con mis amigos de toda la vida siempre lo llamamos ‘noche madrileña’ y básicamente consiste en salir a tomar algo por el centro y dejarnos llevar a donde la ciudad nos lleve. Aunque reconozco que no siempre sale todo rodado.

Si vienes a Madrid a seguir los clichés, el bocata de calamares en la Plaza Mayor es innegociable, pero píllalo en La Campana (es el más famoso y barato) y te lo comes dando un paseo por La Latina. Los domingos de Museo del Prado por la tarde, que además es gratuito, son infalibles para dejar de pensar en el lunes que se acerca. El museo Sorolla, aunque no tan viral, siempre es un lugar al que volver a deleitarse con las obras del pintor. 

Un plan diferente y al que últimamente me he aficionado, aunque no sea mi fuerte, es el de pintar cerámica. Cada día descubro un lugar nuevo en el que hacerlo: Pinta en Copas, Mama Pottery, Eve’s Pottery… y muchos ofrecen planes completos como merendar o cenar mientras das rienda suelta a tu creatividad.

Si buscas salir del centro, sobre todo en esos fines de semana en los que está abarrotado, las excursiones a la sierra siempre son un acierto. Navacerrada o Cercedilla te acogerán con los brazos abiertos y buena comida. Villalba con La Vaquería tampoco se queda corta. Otro buen plan, aunque para este, tienes que salir de Madrid es ir a La Granja de San Ildefonso; forma parte de Segovia, pero llegas en nada y te olvidarás del ruido de los coches durante unas horas.

¿Por qué para ti madrid es capital de moda?

Madrid acoge. Y una prueba de ello es el diseñador de joyas Anton Heunis, que llegó a la capital hace más de veinte años para firmar su firma homónima y, a pesar de haber triunfado en todo el mundo, no se ha movido de la capital. Madrid acoge a todas las firmas de moda que se atreven con lo auténtico y les da el espacio para crear y mostrar sus creaciones.

Necesitamos mucha más moda auténtica en las calles de Madrid y espacios en los que los diseñadores puedan acercarse al público.