Isabel Serra

Madrid visto por Isabel Serra

Madrid visto por Isabel Serra

firmado por Isabel Serra- EDITORA DE MODA EN GLAMOUR.

Me gustaría escribir como Julian Barnes, vestir como Alexa Chung, bailar como Kate Moss y vivir (tanto) como la Reina Isabel. Eso sí, siempre en Madrid. Ah, y mi nombre es Isabel Serra, nací en Mallorca y actualmente soy editora de moda en la revista Glamour, la primera (y única) revista 100% digital del grupo Condé Nast en España.

primeros años

Me mudé a Madrid para cursar mi máster en Comunicación de Moda y Belleza en la Universidad Carlos III pero, sobre todo, lo hice porque quería vivir aquí desde que puse un pie en la ciudad, siendo aún muy pequeña. Ni la más bonita de las islas ni seis (felices) años en Barcelona me quitaron la idea de la cabeza. Primero fue Madrid, después vino la moda.

Mi primer recuerdo de Madrid es un balcón del hotel Asturias – ¿existirá todavía? -, en la plaza de Canalejas. Recuerdo ver pasar una manifestación: las pancartas, los cánticos, la policía. En aquel entonces, para mí ese mundo solo existía en la tele. Y recuerdo la Puerta del Sol, la bandera más grande de España, lo mucho que me aburrí en el Museo del Prado, las luces de Gran Vía, el barullo, el ruido, los nervios en la Estación de Atocha. Y el Santiago Bernabéu.

Volví muchas veces. Con mis padres, con el instituto, con amigas y con pareja. Y en 2017, por fin, pude hacerlo con una maleta más grande que yo, con una matrícula universitaria que me ilusionaba y una lista de planes tan larga que aún hoy, seis años más tarde, sigue inacabada. Empecé mi máster, comencé mi trabajo en la mejor redacción, la de Glamour, gracias a una directora que apostó por mí y encontré en Chamberí algo muy parecido a casa.

Ahora tenía un barrio y no pensaba moverme de él.

Viví sola casi tres años. Los treinta metros cuadrados más felices de mi vida. En ellos apenas me cabían las revistas, mucho menos la ropa. Tenía ramitos de flores secas por todas partes. Ahí pasé un confinamiento, una pandemia y mil y un cambios profesionales, siempre y afortunadamente positivos. Lo importante – Madrid y mi trabajo como editora de moda -, eso sí, no viró.

RECOMENDACIONES EN MADRID

Trabajar en una revista de moda y estilo de vida tiene grandes ventajas. Entre ellas, que una está al tanto, quiera o no, de todo el ocio que la capital ofrece. Cuando crees que estás al día de todo, surge otra cafetería, otro restaurante, otro gimnasio boutique, otro masaje milagroso.

Una vez un coctelero me dijo: “para hacerte una buena recomendación, necesitaría conocerte tanto como a mí mismo”. En ese sentido, las recomendaciones que yo puedo hacer son solo un reflejo de mis gustos y mis inquietudes.

Y Madrid es mucho más grande que yo. Sin embargo, ahí van:

Si tuviera que tomarme un único café toda mi vida, sería el de East Crema.

Si tuviera que desayunar el mismo açai bowl a diario, sería el de Bo Coffee.

Si tuviera que comer siempre el mismo pincho de tortilla, sería el de Sylkar.

Si tuviera que vivir en una barra, sería la del Bar Trafalgar.

Si tuviera que entrenar todos los días lo mismo, lo haría en una clase de ciclismo indoor en Síclo.
Si tuviera que vestir siempre de la misma tienda, confiaría mis looks a la oferta de Olibati.

Si tuviera que ir toda la vida al mismo cine, sería el MK2 Paz.

Si tuviera que hacer el mismo plan a diario, nadie me movería del primer anfiteatro del Santiago Bernabéu.
Si tuviera que parar el tiempo con mis amigas, lo haría en la terraza del Richelieu.
Y si tuviera que vivir el resto de mis días en una ciudad, sería Madrid.

¿pOR QUÉ PARA MÍ MADRID ES capital de moda?

Para mí, porque Madrid me presentó la moda y en ella me quedé. Y porque aquí están Fabio Encinar, Becomely, Jorge Redondo, Castellar Granados. También el circuito de desfiles más influyente del país, los showrooms más importantes, las cabeceras de moda más reputadas.

Están Pontejos, Julián López, Calzados Lobo, el Rastro. Están las grandes calles del lujo – Ortega y Gasset, Serrano, Claudio Coello -, la exquisita selección de WOW Concept, las tiendas multimarca de Salesas (y su influyente clientela), las flagships stores que mueven los hilos de la moda rápida, el callejón de Juan Bravo y las tiendas vintage con los tesoros que todas buscan. Están las exquisitas señoras del barrio de Salamanca, las latinas prescriptoras de Justicia y las coleccionistas de zapatillas de Malasaña.

Porque en Madrid todo va y cambia muy rápido, como en la moda. No hay mejor ciudad que esta para seguirle el pulso.

Isabel Serra